2.1.09

LUNA SERRADA

Hoy estoy perplejo bajo una sombrilla de estera me he puesto a pensar Duna habitada Pampón de sol Mi sobrina soledad baja-baja de la arenisca Sonambulizados por el hedor de los corralones de briosos chanchos Cactáceas podridas y gente vulgar y sucia que dispara piedras sobre el techo de este cielo donde solo tú y yo echados como mantos uno sobre otro a mitad de las turbas que me repugnan y nos miran como si fuéramos santos enroscados en vitrinas Nos encienden sus más feroces plegarias Y como arrojados de algún paraíso les ofrecemos rabia sexo religión de putos de barrio pero la gentuza trepa nuestras sombras para limpiarlas de sus puertas Apestados y mortales sin importar que nos pisotean con sus sabios sistemas morales con lo inventado y la cirugía enfrentados solos tú y yo repasándonos una y otra vez en la cruz del día Leche y paja en el saladar de la boca tú y yo frescos benditos de toda excreción o éxodo en suplicante suelo bebemos trajeados dubitativos ese fuego Cerrado viento del desagüe Costa de tu cuerpo Llaga drenada en mi falo duro como mente infante y feudal cerrados a nuestros sueños quizás a nuestras aguas ahora estancadas ahora muertas Murmujeantes Ese ahogamiento es quizá el desconocimiento a los descensos es el temor a las mutilaciones es la gangrena es la mutación del entorno la soberbia del tiempo que nos agobia es la fatiga y el desgrase es el esfuerzo y la hernia es al fin de cuentas tú y yo repasándonos una y otra vez Casas de turquesas Wari Wari que buscamos El vejamen de los huesos en la arena Señoríos del Deseo comunal caricia testa y ceramio De luna monte de rumiantes pasto de piel Oquedad en el pecho lo que ahí crece y se deshace lo que empieza y lo que somos ahora inasible sobre el lecho de arena vago oro en los labios cuando nos repasamos una y otra vez sin esmero ya por cansancio ya por paciencia acoplamiento de naves en el pampón solar El condón que cuelga sobre la última puerta Ya polvosa reliquia de una pasión desenfrenada por no decir sublime-fúlgido entre colchones de yerba con esta loca espiral que me sosiega y gravosa y silbante tu pelo se hiere en las ranuras de mis dedos Desvarío sobre mieles desvarío sobre la arena como este fuego que me es duro como ninguna muerte poseso parasol te cubro te lastimo sin furia por debajo por encima Ahí preciso irónico y sutil como un ferrocarril en el túnel con la señora de tránsito que no orbita Es verdad por esta cruz de arriba es verdad por esta cruz de abajo sin impurezas como estoy hecho granuloso donde han de plantar cualquier cosa ante la Señora de los tránsitos La que bendijo estos aros ante peatones desgreñados por la carne por el culto a lisiada hembra Me descascaro infame materia en el sudor de tu espalda y desvaído hecho un ramo de ruda para perfumar tu cueva Allí estuvimos con ese martilleo tuyo y mío Repasándonos una y otra vez en ese aire que transfloro en manjar y arrepentimiento viajante en pedazos en cada ayllu de arena Nómada razón en humo buscando la paz entre los cuerpos con mis desterrados animales que persiguen el bien por el mundo con el gas entre los cascos soplan el fuelle la siderurgia de tu cuerpo tu pecho apradado que se tiende como un salto Sombrajo viudo ferrugiento que cae como caspa en el regajo de tus ojos cuando nos acostamos llenos de barriles de alcohol para lavar nuestros sexos los áridos párpados el pigmento claro y fresco tu zorra perlada tus ojos en mis ojos que son devotos de tus ojos tus ojos en el semáforo Osario Ovario en la seca retina del fotógrafo Hibernación de ciudades postal de una vieja cicatriz en el hombro que remeda esta escena donde tú y yo vallejianamente nos apaleamos por bagatelas y verduras que no son razones de envenenamientos por hablar mal de lo que ellos creían Padecemos de paquidermia como la revolución Esa tersa tierna y quieta involución de la especie Oh peste doméstica la que nos asedia ante la mesa individual donde nos sentamos repasándonos una y otra vez sobre el matadero Me ofrezco sojuzgado e inepto a tus razones y crueldades a tu infiel designio Sibilante sibilino corazón con que me atrapas en ese cuerpo muy tuyo muy crudo tan frugal tan charqui

Del libro Ósmosis 1996 l

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