24.2.09
Las cenizas de Domingo
Publicado en Caretas 2066 19/febrero/2009
El libro contiene fotografías de Andrés Longhi, Luis Felipe Cueto, Herman Schwarz, Raúl ‘Avión’ García y otros.
Con diez años de atraso, Domingo de Ramos presenta su quinto poemario: Las cenizas de Altamira.
Domingo de Cenizas
No es un nuevo libro. Tampoco una reedición. Las cenizas de Altamira es el quinto poemario de un vate que ya lleva seis, un inédito y una antología. El sinsentido cronológico tiene dos explicaciones: 1) es poesía peruana; 2) la imprenta retuvo los ejemplares impagos. Diez años después, el poeta cancela su recibo, sindica a su diagramador de estafador y presenta su libro de poemas. Por segunda vez para los medios, pero por vez primera para el público lector.
El orden de los factores no altera la producción. Domingo Ramos, más conocido como Domingo de Ramos (Ica, 1960) ha seguido y sigue escribiendo. Desde que fundó y fundió el movimiento Kloaka (1982-1984) publicó libros como Arquitectura del espanto (1988), Pastor de Perros (1993) y Luna cerrada (1995). Aquella primera voz poética descendía los versos a ras del suelo, siempre cerca del asfalto que pisaba el migrante. Lumpenizaba el lenguaje, violentaba los ritmos y se abría paso a empellones hacia el centro mismo de la capital de las letras, Lima.
A partir de Ósmosis (1996, Premio Copé de Poesía 1995), las polaroids se vuelven panorámicas. Es a partir de entonces que puede variar su registro, refinando finalmente su lenguaje con Erótika de Klase (2004, Concurso de Poesía Erótica Carlos Oquendo de Amat 2003).
Las cenizas de Altamira nace de esa nueva mirada, generosa en imágenes y metáforas. Es la crónica de un viaje a Europa, que es a la vez un viaje a la semilla literaria: Eliot, Baudelaire, Pound. La historia de una pareja edénica en la cueva de Altamira. Que es también la de Platón. (Carlos Cabanillas)
LA CENA DE LAS CENIZAS
En un principio fue el desierto/
absoluto
que los faros de un automóvil/
alumbró
como si fueran los ojos de Dios
un viento cálido abrió las/
semillas en el encofrado suelo como el caos
y hubo jurásicos sufrimientos con/
frescas bolas de náuseas y mares
hasta que llegó el reposo/ cuaternario y se hincharon las olas
hubo calor y menos lagartos y se/
oyó el primer grito
tan dialéctico como un pachacuti
(...)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Un placer para mis sentidos encontrar por casualidad tu Blog. Suelo explorar y caminar por los senderos desconocidos de internet, la gran mayoría de las veces me desilusiono, pero otras, logro encontrar relajo, paz y agradable lectura.
Un fuerte abrazo para ti.
http://secuenciasdelalma.blogspot.com/
Publicar un comentario