28.1.09
Comentario crítico del libro Las Cenizas de Altamira
Las Cenizas de Altamira
*Por Javier Ágreda.
Poeta marginal y antiacadémico,Domingo de Ramos (Ica) ha ido consiguiendo poco a poco la aceptación y el respeto de la crítica oficial. Desde sus primeros poemas reunidos en del Arquitectura espanto (1988) hasta lo de Ósmosis (1996), con el que obtuvo el segundo lugar en el Copé de 1995, se ha producido una evidente maduración en el uso de los medios expresivos y una expansión de los referentes físicos y culturales ,evolución lietararia que se confirma con su más reciente poemario Las cenizas de Altamira.
Esta vez De Ramos no intenta describir la violencia y la miseria de los barrios marginales limeños –como en Pastor de perros (1993) o Luna serrada (1995)-sino hacer el ¨contrarretrato de una ciudad a punto de colapsar y en medio de su total decadencia¨ .
Una ciudad llamada Altamira y de cuyas cenizas surge una pareja de personajes fundadores ,versión apocalíptica de Adán y Eva. Son recuerdos ,las emociones y los sueños de estos personajes el eje de estos poemas: ¨Salgo de mi cabaña inclinada como una desesperación / He estado en brumas con sueño ajeno y esta sensación me ha levantado/ agriverde insaciable luminoso cambiante osadamente tranquilizado…¨(p.30).
Como en sus libros anteriores ,el poeta arrastra al lector con su discurso alucinado y torrentoso (rico en adjetivos, metáforas, imágenes y símiles) que nos hace recordar la tradición de autores como Juan Ojeda o Enrique Verástegui .Pero a diferencia de estos escritores, cultos y reflexivos ,De Ramos se deja llevar por la sensualidad del lenguaje y la de sus propias imágenes en desmedro de la unidad y coherencia de los poemas. A esto se suma las frecuentes asperezas y rupturas léxicas y gramaticales, el poco ortodoxo empleo del idioma, la ausencia de signos de puntuación. Los frecuentes errores de concordancia, neologismos mal construidos y conjugaciones verbales inapropiadas –interpretados por algunos críticos como rebeldía vanguardista-están directamente relacionados con el español hablado por ciertos sectores de nuestra sociedad.
Sin renunciar a estas características ,Las cenizas de Altamira es el más logrado intento de Domingo de Ramos por insertar su discurso poético a cánones literarios académicos. Antes había probado hacerlo asumiendo la temática amorosa, una de las más tradicionales de la poesía occidental. Los resultados no fueron buenos según él mismo reconoce:¨No sirvo para hacer poemas de amor porque se me viene el lobo. Para escribir sobre el amor uno tiene que haber estado en el Paraíso ,y eso no existe¨. El proyecto de escribir sobre la experiencia amorosa se desvanecía en un cúmulo de divagaciones.
Este vez el poeta ha implicado en su búsqueda académica¨ a todos los niveles del texto. Las frecuentes referencias a una cierta cultura de masas (TV, publicidad, cine) están más equilibradas con las referencias literarias (Poe, Baudelaire, Eliot, Eliseo Diego) y culturalmente prestigiosas ,algo que se puede notar ya en el mismo título del libro, tan lejano de la trasgresión de Luna Serrada ,por ejemplo. También contribuye la reelaboración de mitos
sumamente conocidos, especialmente de origen bíblico: En un principio fue el desierto absoluto /que los faros de un automóvil alumbró /como si fueran los ojos de dios /un viento cálido abrió las semillas en el encofrado suelo como el caos… Y hasta el hecho de acompañar cada uno de los poemas con fotografías de Luis Felipe Cueto, Andrés Longhi ,Herman Schwarz y otros.
Las cenizas de Altamira es uno de los mejores libros de Domingo de Ramos , un significativo cambio en su poesía, además de la primera etapa de una anunciada obra sobre las migraciones humanas.
*Crítico de la página cultural del suplemento domingo del diario La República
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