30.1.09

El magma de Domingo de Ramos

El magma de Domingo de Ramos *Por Ricardo Gonzalez Vigil Intenso y complejo, el nuevo poemario de Domingo de Ramos (Ica), “Las cenizas de Altamira”(Lima, 1999;111 pp.), representa un paso más en la maduración artística de una de las voces más personales, y de mayor significación socio-cultural ,de la poesía peruana surgida en los años 80, otrora miembro del grupo Kloaka. Conforme señala Tulio Mora ,Domingo de Ramos se sitúa dentro de una de las vertientes más dignas de relieve de la literatura peruana de las últimas décadas, inaugurada por José María Arguedas y afianzada por Cesáreo Martínez, José Cerna (y por Leoncio Bueno, añadiríamos). Vertiente que nutre de la migración andina a Lima ,produciendo una amalgama entre lo “andino” y lo “occidental”,lo oral y lo escrito, lo popular y lo culto, de gran hibridismo textual e idiomático. En el caso de De Ramos asume una impronta “barroca”: se apropia de los niveles de discursos más disímiles y de los recursos de la “modernidad poética” tejiéndolos de manera abrupta y disforme, cual un magma en erupción. Mora caracteriza certeramente su textura: “Esta estrategia aglutinadora ,mejor excéntrica ,tiene una inconfundible propuesta de discurso barroco o barroso ,aluvional, de acumulación y montaje ,que se manifiesta como una carencia de suelo literario homogéneo y se puede montar en todos los estilos”.(Cambio,13-II-2000). El poema más admirable del libro, “La cena de las cenizas” ,registra un arguediano ubicarse entre dos mundos, danzando como los dos zorros míticos:”en medio de las desembocaduras nací sobre el aire extenuado / danzante entre dos mundos y con el furor arcilloso sentí la cocción”(p.26).Conciencia diríamos de ser una especie de “nuevo cronista”(estirpe de Guamán Poma de Ayala y Gamaniel Churata) abocado al rol fundador de la palabra: “Estoy con pulimentada lengua para / designar las cosas más absurdas de mi casa las nuevas fundaciones y fundiciones (…)en este mapa donde se quemaron mis ojos homeros”(p.27). El escritor cubano Eliseo Diego (también de estilo barroco) aparece, conforme sostiene Mora ,como “alter ego o interlocutor poético”(descompogamos Diego: Di-ego, es decir ;”Di yo”) de “Las cenizas de Altamira” ,y no sólo en los pasajes de corte histórico-social sobre Altamira (connota las famosas cuevas rupestres, un origen aquí apocalíptico) como un barrio surgido de la migración ,sino en sus numerosos versos sobre el tema erótico y sobre la búsqueda lacerante de Dios: “y solo Dios se alzaba como un arco de rebeldía/ Dios es la razón del más alto organismo / el cosmos bruñido de la naturaleza el nómada de los nómadas la voz ermitaña / y fugitiva sustento de los cristos mestizos y aulladores como los cerros a tajo abierto / pero caóticos y oscuros como el cerebro de un ateo” (p.36). Las cenizas sofocan todos esos temas o búsquedas ,aunque palpita ,como al final de “El mundo es ancho y ajeno” de Ciro Alegría ,la pregunta “¿Hasta cuándo huiré?/ ¿Hasta dónde? (p.37). *Ricardo Gónzalez Vigil docente y crítico del Diario El Comercio

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