6.10.09

En casa de Patty Stockton

EL POETA (PERUANO) DOMINGO DE RAMOS Y 10 CANTOS A LA LUNA LLENA (DE CALZONES) Eran otros tiempos definitivamente yo levanttaba la mano y se levantaban los árboles y las cordilleras ahora que levanto la misma mano se yerguen también la flora sarcástica los minerales los huesos y riñones de mis amigos muertos enterrados bajo la paja y los barcos oxidados mil años cascos solitarios y cuevas iluminadas por un solo helicóptero y su bocina (nov 89) CONSOLÁ POEM (RETABLO) El poeta Domingo de Ramos se detuvo frente a la península y un mar de arena le pico adentro los ojos Oh viento Oh paraca Oh manto de leche formando telarañas sobre mi cara enrojecida dijo para sí en voz baja mientras todo alrededor rugía y de la tierra emergían sólidos brazos de barro que todo sin cesar pugnaban devorar Maldita soledad Ventolera sacramental Qué es toda esta misa a ciegas Iglesias rajadas para siempre como en núbil sueño si tan sólo viera a padres sin sotana volando locos por el cielo o mi padre renaciera para tomarme profundo entre sus brazos o mi madre me dijese lo que siempre quise oír entre su locura ajena olvidada de mí y soy por nada émbolo exiliado dispuesto a volarlo todo ríspidas turgencias que pueblan de cangrejos oscuros mi abrumado corazón en esta hora china chola pajarera enrrollado el tiempo en el metal del mar todo ha de caer y ya no estaré ni la poesía y ya no estaré yendo de balde a detener el fin de esta ciudad odiada donde crecí sin embargo crecí oh si crecí en el pasto de las calles deambulando entre viejas cocheras vacías oscuras siempre oscuras en este centellar de rama en rama de bar en bar y las multitudes que atropellaron sin piedad mi trémula sonrisa No ya no estaré y es el alma tan anticcua lo que duele el embrujo de una lágrima pulverizada por un tiempo de masas que venían sin nada que perder a fundar una caverna lo que sea en este siglo que termina En esa lágrima nací me formé fuerte como todos veneno que come veneno me hice inmortal para mis adentros y bajé empedrado como todos entre fuego tambores de la noche arcos de hueso himnos guerreros cercando esta ciudad Nací para la arena y los perros mirando como si tuvieran dueño hablándome en otro idioma difícil comprender secretas palabras para nadie frente a un océano de serpientes nórdicas Allí revolví mi cabeza lavé mis ojos bebí sin saber lo que bebía oh si bebí y sólo después supe que el tiempo era breve y escribí afiebradamente escribí noche tras noche como una canción y estuve solo para siempre enredando todos mis pelos en una caleta donde se formó mi masa Herido cuerpo, herida tierra La muerte ha venido sibilina sorprendiendo enredándonos caracoles que huyen o creen huir en laberinto de hueso y no hay fortuna ni salida ni remedio y me enceguezco y me mutilo y me vuelvo a enrrollar en útero vacío y es mi madre nuevamente que adviene joven limpia el corazón y entre su ternura inconciente me llama por mi nombre como si de pronto todo mágicamente se reordenase como si no hubiesen greñas ni batallas como si este mundo girara en sentido contrario y nadie hubiese muerto entre los escombros de mi huerta natal o como si los muertos estuviesen aquí tan alegres de estar con Domingo en esta poesía pero no, me digo son tan sólo sombras epilépticas falsos recodos de agua y es la vida un himno de Beathoven una ópera que cae sobre mí un aria un violín desterrado o un réquiem o un solo de batería que me enajena y ensordece no lo ves? nunca pude escribir un poema de amor y sin embargo viví astillado en el amor porque se da amor o se recibe sin saberlo y es el amor el centro de tantas palabras ojo ciego de huracán estación central costa y sierra en el paquete de tierra que se vuelve polvo entre mis dedos solo frente al mar en mezcla siútica de Humareda y Adán me digo palabras que nadie más sabrá mi poema personal y enfundado en gruesas botas negras renazco vuelta a la otra margen los setenta los ochenta los amigos los licores las estrellas el cielo siempre abierto siempre el mismo camarada y el rostro de las bellas mujeres que besé se arremolinan ante mí y ya no hay dolor ni oración que lo convoque tragado por un tiempo más veloz de lo que soñé y me deseé me planto ante el vacío de esta noche abajo bulle el mar escucho gritos alguien llama Oe Oe dónde vas? Oe tío dónde vas? Me sumergo en las imágenes y vuelvo a caminar de niño con las viejas las esquinas los gatos y las paracas que nunca dejaron de empujar mi pecho en sol de poesía y no hay remedio en este amanecer ingrato ni una sola copa caliente ha de mover mi corazón de este pedestal para nadie donde soy más fuerte más joven todavía y donde sin querer queriendo me he quedado dormido lleno de inmensa paz escuchando mi propia risa apaciguada mi propia risa, linda, lindo, en calma chica o grande pero serena calma al fin

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