POSTFACIO
El poeta Domingo de Ramos
se detuvo frente a la bahía
y no vio flamencos ni palomas
tampoco cantos lobos de mar
o gaviotas serenas dejando sus bemoles y triángulos
Vio eso sí vio repetido
ratas y arañas en Palacio
huevo de culebra anunciando tiempos peores
Acumulados los vientos
vinieron imágenes ciclodérmicas
un súbito golpe de dados
huesuda mano alargándose sobre el horizonte
el séptimo sello
los siete jinetes
los malditos cascabeles de conchas marinas
y ninguna bandera bicolor bisexual
ni héroes ni desembarcos emancipadores
Vio arcabuces tenaces
belfos de caballos sicoseados
gobernados por pálidos jinetes sin cabeza
que hablaban y hablaban una lengua perfecta
llena de mentiras y máscaras de carnaval
ningún supuesto libertador
y decidió adoptar para sí un nombre que redima
ignorando si así también podría salvarse
y con él la poesía
vio a ricardo reis álvaro de campos alberto caeiro
un viejo poeta portugués colmándolo de visiones
sicotrópicas
a la luz de la luna
y de una vela en pleno desayuno
mientras pasan paquidermos humeantes sin cubil
por la playa o por la sierra
qué más da en esta barahunda
dijo para sí
y abrigó su pecho bronco zambo
con un tecito piteado para el frío
plena madrugada
acababa de nacer
y ya tenía frío hambre desolation
y dio un grito
sobre el puente de su imaginación
y cayeron en palacio los estandartes
y los cuadros de batallas
contra realistas
a favor de una patria pútrea
los dibujos reducidos de los presidentes
el valle del rímac se angostó más
todavía
todo por un grito solo
y poblaron esa playa multitudes
de rojas banderas
ciegos manatíes descansaban en las islas
y entonces recordó entre el viento
y los temblores
el tiempo de las huacas
del zorro y de la luna
del puma hecho espíritu
y estrofas de un bello himno proletario
que cantó de pie
sobre incendiados rochabuses
abatidos helicópteros
titanics de guerra hundidos
a punta de patadas escupitajos y bombas molotov
un ejército de hormigas recorría su cuerpo
qué es esto dijo para sí
riendo a carcajadas
en dirección contraria al temporal
y entonces despertó
en cualquier playa española
o Sous le Petit Pont
y volvió a recitar de memoria
los versos europeos
Vallejo había muerto tantos años
y sin saber cómo ni por qué
estaba otra vez
con el puño en alto
golpeando ventanales bastidores escaparates
papamóvil galerías ventanillas
y ya nada fue como antes
y entre golpe y golpe hilaba palabras
en un huayno que rokea
zumballu de colores puka wawa runa people
wamani que no olvida
fragancias de la tierra
tenía una camisa roja
para todo mal
y creyó despertar en una república que no era ésta
no vio flamencos ni palomas
sino perros que a lo lejos se marchaban
de lomos humeantes
y toda esta ciudad quemada
y se alegró de calle en calle
de puerta en puerta
buscando una banda su propia banda
para celebrar
lo que queda y sigue
después del día final
después que todo ha pasado
y en el centro se queman los balcones y las mechas
y en europa se sale el mar
completamente
para limpiar europa de la propia europa
Todo para ser un ángel
que mata y edifica
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