3.6.10

"La escultura posibilita una violencia terrible"

"La escultura posibilita una violencia terrible" Louise Bourgeois Fallecida recientemente en Nueva York a los 98 años. Vi su escultura de la Araña en Bilbao hace unos años atràs. Louise Bourgeois (París, 1911) inaugura el 16 de noviembre una gran exposición en el Reina Sofía, titulada “Memoria y arquitectura”. Con obras desde fines de los 40, permitirá conocer en profundidad a una artista enormemente admirada y con gran influencia en los jóvenes creadores. A partir de las dolorosas experiencias de su niñez ha generado una obra poderosa, que afecta íntimamente al espectador y que ha supuesto una aportación fundamental a la escultura contemporánea. A pesar de su desconfianza hacia las palabras y de su apretada agenda de exposiciones internacionales, Louise Bourgeois ha accedido, amablemente, a contestar a unas preguntas para EL CULTURAL. De sus respuestas se obtiene la impresión de hallarnos ante una mujer que, pese a arrastrar un legado de angustias y miedos del que trata de desprenderse a través de sus obras, muestra una gran seguridad en sus convicciones, absolutamente personales, y se expresa con contundencia, de una manera incluso cortante. La libertad extrema que caracteriza su obra se aplica también a su pensamiento, que se sitúa al margen de las convenciones. -La exposición en el Reina Sofía se centra en los temas de la memoria y la arquitectura. Creo que algunas de las obras “arquitectónicas”, en especial las “Cells” (Celdas o Células), de alguna manera, incluyen en la escultura una dimensión teatral, en el sentido de que “escenifican” sucesos, de gran intensidad emocional, y de que otorgan un gran protagonismo a la mirada. ¿Hay algo de esto? -La serie de las “Cells” se refería a las células de nuestro cuerpo y a las celdas de una cárcel. Exploran los cinco sentidos y las relaciones que se establecen entre ellos en mi memoria. Estos ambientes cerrados me permiten la experiencia de recrear y de revivir una emoción del pasado. Para liberarme de el doloroso pasado tengo que exorcizarlo a través de mi escultura. No estoy interesada en los escenarios o en el teatro. En mi escultura hablo sobre la carne y sobre la sangre. Persigo lo real. Incorporación del reflejo -Las aperturas en las habitaciones y los espejos invitan al espectador a espiar lo que ocurre en su interior, que incluso puede ver su imagen reflejada formando parte de la escena. Se fomenta así el voyeurismo. Usted ha dicho que todos los temas que pueda tratar en sus obras podrían referirse a cualquiera de nosotros. ¿Pretende involucrarnos en una historia personal que quizá no sea la nuestra pero que bien podría serlo, y que nos transmite su sentimiento de culpa por haber visto algo que debió permanecer en el secreto? -No me interesan los espectadores. No existen. Si con posterioridad alguien es capaz de establecer una relación con la experiencia que yo he sufrido y con lo que he creado, estupendo. Pero los espectadores no me motivan. Los espejos me permiten incorporar directamente mi imagen en las obras. Simbolizan las diferentes realidades, favorecen las posibilidades de magnificación, distorsión y duplicación. Metafóricamente, los espejos son una forma de aseguramiento. Cuando se instalan en los museos no se permite a la gente que penetre en las celdas, debido a su fragilidad. Yo las he realizado indudablemente para que sean experimentadas desde el interior y desde el exterior. Me interesa la idea del “voyeur”, de mirar y ser mirado. Confío en mis ojos. No confío en las palabras proque es posible mentir sin cesar durante todo el día. Cuando miras a alguien a los ojos ves la verdad. El cuerpo no miente. -¿Qué aplicación han tenido sus estudios de matemáticas y geometría en la creación de espacios arquitectónico-escultóricos? -Al haber estudiado matemáticas y geometría, confío en el círculo, en la espiral y en el óvalo. Concedo un simbolismo a la geometría. El óvalo tiene dos centros y es mucho más rico que el círculo, da pie a un diálogo. Las espirales marcan una dirección. ¿Estás avanzando en espiral hacia el interior, contrayéndote, o te estás moviendo hacia el exterior, hacia el infinito? -Ha referido que su primera escultura fue una muñeca de miga de pan a la que le cortó los brazos con un cuchillo. La amputación es recurrente en su visión del cuerpo. ¿Se trata de mostrar la parte por el todo? ¿Es una forma de agresión simbólica, una violencia “ritual” que favorece el exorcismo? -La escultura posibilita una violencia terrible. Se poda un árbol para hacer que crezca más sano. Oscilo entre dos extremos: cortar o separar y el deseo de unir cosas. El tema del abandono, que es realmente mi problema, expresa tanto la separación como la reparación. La idea de la reconstitución está ligada a mis sentimientos de estar entera. La historia del arte -Su obra se mantiene en un punto de equilibrio entre la abstracción y la representación de sentimientos tremendamente subjetivos. Por otra parte, los diferentes materiales, técnicas e incluso las marcadas variaciones estilísticas le otorgan una enorme diversidad y riqueza formal. Al margen de la obediencia a necesidades artísticas interiores, ¿está negando las categorías que tanto han marcado la historia del arte contemporáneo a través de esta combinación de la exhibición casi obscena de la intimidad con la más rigurosa investigación plástica? -No me interesan los materiales. Están ahí para que yo los utilice. Mis formas, mi alfabeto, han mantenido una coherencia a lo largo del tiempo. La historia del arte no podría serme más indiferente. El arte surge de la vida. Cada cual debe contar su propia historia lo mejor que pueda y si la cuenta sinceramente resultará interesante. -Uno de los temas recurrentes en su obra es el de la araña, símbolo de la madre. Es algo que se aproxima al tema de una de las más importantes obras del arte español, “Las Hilanderas” o “La fábula de Aracne” (castigada por su habilidad artística por la diosa Minerva) de Velázquez. ¿Existe alguna relación entre esta pintura y su trabajo? -La araña, en efecto, simboliza a mi madre, que era restauradora de tapices. El hecho de que el tema de la araña haya sido tratado en la literatura o por Velázquez sólo confirma mi creencia en que el arte es un lenguaje universal. Mis símbolos proceden de mi propia vida, Elena Vozmediano

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