3.10.10

El retrete como arte

FOTOGRAFÍA | Exposición en París Raquel Villaecija | París En una ciudad como París hasta un simple urinario desprende glamour. Para comprobarlo no hay más que pasearse por la exposición 'Chiottisimo', cuya traducción en castellano viene a ser 'Cagaderísimo'- que se expone estos días en el boulevard de Bastilla. Una muestra a cielo abierto de lo más íntimo: 46 fotografías en gran formato de urinarios en 31 países diferentes. Muchas de las imágenes están firmadas por grandes como Willy Ronis, Robert Doisneau, Eve Arnold o Fernando Scianna. Blanco y negro y color, clásicos y modernos, jóvenes fotoreporteros y grandes artistas reconocidos... 46 visiones distintas unidas por una necesidad biológica común. La organizadora de la singular muestra ha sido la compañía de saneamiento de París, que ha querido conmemorar su 40 cumpleaños rindiendo su particular homenaje al urinario y aprovechar el efemérides para recordar "la utilidad de este objeto en apariencia banal pero que permite luchar contra muchas enfermedades y del que carecen dos millones y medio de personas en el mundo". El paseo entre urinarios muestra que, también a la hora de satisfacer nuestras necesidades biológicas, cada cultura es un mundo. De los agujeros en la tierra de los campos de refugiados paquistaníes y los WC flotantes en el río Mekong (Vietnam), a los toilettes de diseño más caros del mundo expuestos en Hong Kong o los urinarios customizados de Ucrania. Un autentico viaje en globo sin salir de Bastilla. Marcel Duchamp, el primero en elevar lo escatológico a la categoría de arte con su urinario invertido, nunca hubiera imaginado semejante alarde estético con un váter como inspiración. Soporte artístico, instrumento de estrategia comercial, refugio, escondite e incluso escenario cinematográfico, los usos del WC se han multiplicado. El fotógrafo italiano Fernando Scianna lo retrató como un silencioso e incluso acogedor rincón de lectura, mientras que para los judíos sirvió de escondite para huir de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. También es un insólito instrumento de reivindicación. El ejemplo son los urinarios vengativos fotografiados en Islandia. Hartos de la crisis financiera que ha llevado el país a la quiebra, los islandeses decoraron los WC con fotos de los banqueros culpables de la situación. Y es que hasta en las situaciones más inverosímiles el váter se convierte en un elemento de primer orden. En Groenlandia, un grupo de investigadores suizos no dudó en instalar varios urinarios en medio del hielo e incluso los rodeó de un improvisado muro polar para preservar la intimidad del momento. Y en el restaurante taiwanés Marton�s uno puede degustar el plato del día sentado en el trono. Una auténtica clase de cultura general que se puede disfrutar hasta finales de octubre. "Se trata de un espacio que expresa la personalidad de cada uno", aseguró François Cuel, comisario de la exposición, el día de la inauguración. Y añadió: "El pudor por los asuntos del WC comenzó con la revolución francesa".

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