16.2.12
Chagall . Expone.
Marc Chagall, el alma a todo color
El museo Thyssen de Madrid y la Fundación Caja Madrid inauguran mañana la primera retrospectiva de Marc Chagall que se realiza en España. La muestra, comisariada por Jean-Louis Prat -en el vídeo-, presidente del Comité Chagall, estará abierta al pública en las sedes de ambas instituciones desde este martes hasta el 20 de mayo. Este pintor de origen ruso, fundamental en la historia del arte del siglo XX, desarrolló un estilo pictórico expresivo y colorista, muy vinculado a sus experiencias vitales y a las tradiciones religiosas y populares de la comunidad judía rusa. En él combinó ciertos elementos de la vanguardia cubista, del fauvismo y del orfismo de Robert Delaunay, para crear un estilo personal y difícil de clasificar.
Nacido en la ciudad bielorrusa de Vitebsk, Chagall tuvo una larga vida casi centenaria, marcada por todos los grandes acontecimientos históricos de la primera mitad del siglo XX. Trabajador incansable y siempre abierto a nuevas experiencias y conocimientos, su producción artística es rica y abundante; estuvo siempre abierto a explorar nuevas técnicas -óleo, grabado, escultura, cerámica, vidriera...- y acometer nuevos proyectos.
La exposición está formada por más de 150 obras procedentes de colecciones e instituciones públicas y privadas de todo el mundo: El MoMA y el Guggenheim de Nueva York, la Kunsthaus de Zürich, el Kunstmuseum de Berna, el Stedelijk Museum de Amsterdam, el Tel Aviv Museum of Art, la Tate Modern de Londres... y así hasta un total de veinte museos de todo el mundo, junto a un gran número de colecciones particulares, que han cedido para la ocasión piezas fundamentales de sus fondos.
Un capítulo importante de la exposición está dedicado a su importante faceta como ilustrador de libros. A lo largo de toda su vida, Chagall estuvo acompañado por poetas y escritores, que fueron sus amigos y con los que mantuvo una relación de mutuo reconocimiento. Breton, Malraux, Cendrars, Apollinaire... muchos veían en él a un “pintor literario”; y Chagall amaba la literatura, sobre todo el mensaje de libertad que contienen las palabras a las que él supo enriquecer con sus composiciones llenas de fantasía y de color.
Chagall fue, efectivamente, un maestro del color; sus tonos vibran con distintas intensidades, logrando realzar el contenido de los cuadros: sus azules, verdes, rojos o amarillos dan vida a los personajes, reales o fantásticos, que pueblan su particular universo. Un mundo en el que todo es posible y que no deja de sorprendernos, basado en historias vividas o imaginadas: un violinista, un rabino, una pareja de enamorados, un saltimbanqui, un paisaje y toda una amplia gama de animales fabulosos, pueblan sus complejas composiciones. En su obra los colores se mezclan de forma impensable, al igual que lo hacen sus extraños personajes. Esta peculiar combinación hace de él un precursor del surrealismo, tal como manifestó el teórico de este movimiento, André Breton: «Con él la metáfora hizo su entrada triunfante en la pintura moderna».
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