1.4.09

Aparecido en el diario Expreso

*Domingo de Ramos Domingo de Ramos nació en Ica. Como muchos ,vino a Lima y aquí estudió sus primeros estudios y ingreso en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el programa de sociología. Participó en el fundación del Mov. Kloaka (1982-1984),unas de las pocas propuestas colectivas de los 80. Más adelante codirigió la revista Kilka ,palestra de noveles escritores ,y trabajó en el diario “La Razón”.Su poesía es sumamente arriesgada ,ávida por incorporar a la lírica peruana una apremiante temática: La marginalidad urbana .Se trata de una nueva sensibilidad naciendo a flor de calle y de una expresión que revela el sincretismo cultural que sufre una ciudad como Lima, regenerándose en medio de las mareas migratorias. Será el primer canto de una épica provinciana ,una poesía de adaptación y sobrevivencia, de amor en medio del mito degradado, del recuerdo de los ancestros y de la civilización bárbara. Entre la soledad y la choledad se desliza su voz paria, plena de contradicciones ,hirviendo en pluralidad y enajenación: “Para entonces un viento feyo y bronco me atravezaba hacia el/ extravío en medio de dos caminos como gemelas campanas/ doblándose en el desierto .Yo era aquel indigesto frejolero/ de puerto y calles enjutas y carretillas >al paso”. (Pastor de perros).Su travesía se aprecia en tres entregas: Arquitectura del espanto (Lima, 1988),Pastor de perros (Lima, 1993)y Ósmosis (Premio Copé de Petroperú.Lima 1996). Entre las tres hay un incremento paulatino en la variedad de recursos formales, que llevan a un manejo de la palabra cada vez más certero y ágil. Por otro lado, se afianza en la creación de personajes (China pop, Kamanegra, Paula, Princes del zoo, Yack, María la raposa), que dan un creciente nivel dramático a sus textos. Además, incorpora neologismos y jergas (tumaría, terokaleando, laburo por 50 cocos,cielosolo); y adopta recursos narrativos. Su vocación por los poemas-huayco, totalizantes y embriagadores, se conservan desde sus inicios, junto con su impudicia retórica en la que mezcla la lascivia con la desesperación y la degradación humana. La pregunta por la identidad nacional trasluce una preocupación existencial. Así, dice en Ósmosis : “Hombre o país da lo mismo”. Entre lo doméstico y lo callejero, lo carnal y lo cruel, el mundo al cual remiten sus poemas es uno de sueños abdicados ante el reclamo de la necesidad:”Ahora que tienes 15 años/ y no has estudiado/ pero es como si lo/ hubieras hecho/ levantando construcciones /cazando pájaros/ corriendo en las playas como una quilla con las olas/ pescando en la madrugada /trayendo flores en invierno/ vendiendo cometas en agosto”.(Arquitectura del espanto). Artículo aparecido en el diario Expreso el 15 /6/ 1998.

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