22.3.10

Conocí a Rodolfo Hinostroza

Wony 1983 Centro de Lima. 4 de la tarde. Época Kloaka Roger Santiváñez nos dijo que un poeta importante mayor que nosotros venía o que ya estaba en camino. Teníamos a la sazón 20 tantos años yo al menos 23. La luz de aquel verano en el recinto donde fundamos el Movimiento estaba dorada . Al fondo la sombra sempiterna y misteriosa como si quisiera ocultar juergas o personajes que podrían salir o hacerse realidad en un cerrar o abrir de ojos nos amenazaban con su fantasmal presencia Abajo donde la venerable señora María atendía la tarde era mas clara aunque estuviera ayudado por los fluorescentes encendidos a esas horas . Parroquianos españoles se reunían al borde de la puerta que daba a la calle .Ellos eran los primeros en venir y ya con el tiempo transcurridos estaban en su punto de climax osea borrachos gritando y conversando como si estuvieran discutiendo el origen del mundo y su posterior debacle o como si estuvieran mentándose la madre sin saber porque . Tenían los rostros irascibles y rojos de tanta grita. Todos ellos frisaban los 50 años o mas. Nunca cruce palabras con los veteranos ibéricos. Solo saludaba y a la distancia. Yo no los entendía y eso que ser Kloakas se podría decir que fue nuestra marca una forma comportamiento daba mucho que desear según consta la leyenda que nos habíamos granjeado aun así éramos unos niños un gentleman dulces en nuestros tratos. (Y pensar que muchos después en mi primer año de viaje a las Europas recién pude entender que esto era su forma de relacionarse de conversar amenamente y entre grandes amigos). Cercano ya a las 5 de la tarde un hombre en camisa sube las escaleras del segundo piso del bar restaurante con un andar pausado como de cansancio se acercaba lentamente a la mesa pero sin antes otear por todos lados mirando si habían conocidos . Una cómplice mirada a nuestra mesa hace mas su resolución de acelerar los pasos. Parecía que venia de muy lejos de alguna región de la tierra que no sabíamos donde quedaba. Una sonrisa amplia y amable se desprendía de su rostro ya curtido por el tiempo de quien lo sabe todo. “La llamada del padre alta como un penacho de plumas y el tacto como la pringamoza de aquellos baños. ¿Recuerdas? Las aguas ferrosas que calentaban tu cuerpo tenían colores de serpiente plana, y la tierra se había descosido en sus espacios, y llevábamos nuestra infancia como un estandarte sin sombra, entre paraísos de yesos, y ángeles larvados y la tía apócrifa. De ella digo, ¿qué digo?, que en sus ojos ardían mis espaldas de estaño y que se había fugado cuando las hogueras carcomían la noche de San Juan. Se me había advertido, se me había repetido: “Octavio, Octavio, una gran ola salió del río cuando tú nacías. Nos salvamos porque las campanas sonaron a muerto y la familia había cavilado toda esa madrugada. Trepamos a los cerros y durante todo un día vimos morir a un pueblo. El Huascarán nos miraba y entonces fue que sentimos su blancura imperdonable”… el autor de estos bellos poemas de ese ya mítico libro “Consejero del lobo” estaba entre nosotros por esos años residía en una ciudad europea y esta era su primera escala en Lima después de muchos años de ausencia y su primer contacto con jóvenes poetas que lo admiraban. Dio la mano a Róger que lo conocía unos días antes cuando estuvo de juerga en el bar Juanito de Barranco y lo invito a que se diera una vuelta por el Centro y conociera no solo a los poetas sino a los miembros del novísimo Movimiento Kloaka.. Lógicamente la conversa se torno caótico los asedios no solo de preguntas sobre la poesía la escritura, de su vida del arte y la cultura e incluso sobre su breve paso por Cuba en los años 60s entre otros temas eran disparados desde todos los ángulos y de algunos francotiradores que se asomaban desde otras mesas. Recuerdo que el poeta se explayo sobre un libro en ese entonces famoso La diosa blanca de Robert Grave (escritor poeta erudito británico autor de la novela Yo Claudio ) que el autor de Contranatura conoció en persona en una isla paradisíaca. Las botellas de cervezas iban y venían los pitos de marimba con el humo de los cigarros se mezclaban el alboroto se hacia mas grande en un momento la mesa donde ya estaba atiborrada de gente y de los miembros de Kloaka quedo chica. El segundo piso del Wony era ya una fiesta que atraía la atención de los parroquianos de abajo del primer piso por lo variopinto de los que intervenían fumaban o se emborrachaban alrededor de ella. Rodolfo parecía un espantapájaro con los pelos revueltos y la mirada torcida por la yerba . El tiempo transcurría Llevábamos mas de cuatro horas de charla El poeta sintió el cansancio alzo la mirada hacia el rostro rojo de Roger y le dijo que lo acompañara a tomar su taxi porque ya era tarde y ya estaba bueno y tenia que cortarla de una vez Y así sucedió se levanto se despidió bebió su ultimo trago de cerveza y se fue. Fue asi como conocí al poeta.

No hay comentarios: