24.4.10

Sobre la estética de la desaparición

De la Estética de la desaparición De Paul Virilio La velocidad de estos tiempos trata la visión como materia prima, con la aceleración viajar equivale a filmar,no tanto producir imágenes cuanto huellas mnemónicas nuevas, inversímiles, sobre naturales. En tal contexto hasta la misma muerte deja de exprimentarse como algo mortal y se convierte, como para William Burroughs,en un simple accidente técnico, la separación final entre banda de imagen y banda de sonido. Titanic o Zeppelin, la catátrofe final se le antoja al pasajero del vehículo gigante una hipótesis insensata, irreal, y mientras el navío se hunde continúa continúa bailando al son de la orquesta. Pero el despropósito entre lo ilusorio de la fiesta y lo súbito del accidente es sólo aparente: el vuelo acelerado o el viaje rápido han metamorfoseado insidiosamente la fiesta y ha consagrado el naufragio como fin último del placer .¡No es acaso el deseo de esa fiesta esencialmente vivida como sin mañana lo que ha empujado a geneeraciones enteras al cosmopolitismo de los trenes y los transatlánticos, al palacios internacionales y los templos del cine, antes de arrastrarlos a los aeropuertos, antes de venderles billetes de viaje con máquinas automáticas en los supermercados? La imagen es velocidad.

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