24.5.10
Poema Inédito
Crónicas pétreas
NO HE CERRADO NINGUNA PUERTA
NO HE VISTO NINGUNA FORMA
TE HE CONTEMPLADO ESTOICA EBRIEDAD
TE HE REZADO
TE HE BAUTIZADO
ME HE RASURADO
Como una tabla
En ese páramo
Del que sale unas imágenes
Contando mi suplicio
HE CIFRADO TODO MIS HUESOS EN TI
He buscado padre
Nada halle
Ni muerte ni sueño
Solo este camino a esta civilización
Como una primavera perdida
Saliendo de bocas neblinosas
Sumergiéndose hacia el fondo
Tras el zarandeo de innumerables sauces
Como estoy durmiendo garrapateando
Idiomas grabados en puertas vacías
Piedras harina negra muecas perversiones
Que se llevan los camiones en los tapabarros
Que no van a ninguna parte
Pero a su vez con la
Inminencia agria de una
Longa hispanía que arden en mis secretos Cerros
Que se hienden en lavaderos
De oro? Montículos de plumas raras
Y mantas de nubes abandonadas
Allí ante los restos de josé maría
Se alza todavía el shaman como una verdad inconclusa
tras los campos labrados
a plena luna que anónima Aurelia
Los ha juntado como para hacer chiri
Fogatas que vienen de un caos estival
Donde he puesto tres cruces
Marcando puntos inextinguibles
Brillantes desde esas opacidades de las madrugadas
Como aquellos que
Me dicen los que caminan por el borde de una autopista
Pintados con motas violentas ulceradas que
Los veo como en mi sueños que se tiñen de videos sepias
sombras que en madera arden con letanía
Pero ellos tercos comen dietas extrañas
Adelgazan como hablan pisan como cactus de noche
Y pasan como voces que peregrinan eternamente
Como para nacer apu pulseras cerámicas testamentos
“todo lo que ha sido de pronto es”
Abolición de las palabras
Purgando este crecimiento
Con lámparas robóticas extrayendo
pensamientos huecos
ciudades sin ladrillos
armazones de bosques
esta vanidad que arrastro
que contamino levemente
donde fluye un verdor de estiércol
como humo de las plataformas
1900 año del patíbulo?
Retornos oh pálidas fronteras
Lascasiana florescencia y es
Fugaz el deterioro que mancha mi rostro
Esta parte media de ti
De tu ligera fatiga enemiga
Oh de tus entrañas mis aviones no te notan
No te violan con sus visores
Buscan lengua o buscan leña metafísica
Como escritura
Como ruedas y no hubo ruedas
Sino muslos y sangre
banderas rotosas
y teorías políticas
dudas pungentes y
En palabras oscuras
De un falso dios
Rojo y sin asilo
Una luna iguanesca
Descarga sus frágiles sábanas sobre mi pecho
Oh mi celiniano corazón
Arriando esta altura
Debajo de esta noche
Que quemo
Como si se trataran de almas
Y la música que se transporta
De forma que se inflan en cabelleras
En los vaporosos ojos de Dios
Proscribe los ríos mi nombre mestizo
Música de guijarros pulidos por esa cascada de las
Madrugadas que una vez pasó por allá
Volverán como cierto sesgo
Que aflige mi peso mi inaprensible
Cuerpo en la mirada
Y no hubo hielo alpamarum
No hubo un dedo creador
Que lo señale todo
Se lo llevó el rasu ñiti
Desdibujado y cojo por la arena
Que canta como un tubo al aire
Y que respira como una fabrica
manufacturando catástrofes sin descanso
procesiones negras en magras calles
con canciones parvas de viejos bares
elevándose como cintas a los faroles
ciegos de Praga destruida
esta Praga de piedra
estos caminos baldíos
Orosol bañando tu estrecha máscara
Oh Mare mostrum alpaca viuda te reconoce
Como Hijo salado como hijo rentado
Como este 4 por 4 con que viajo a visitarte
A darte unas leches maternas que nunca olvidaste
josé maría lo intentó lo cantó
4 aviones en 5 senderos mas varios suicidios y
Lo sumo a su nostalgia a esa piedra degradada
En lengua de armiño
y el poeta viaja
coetáneo y descalzo
visiblemente con un aliento avinagrado
como un contemporáneo engañoso
irredimido como un edificio
Todo es visible ahora
por cámaras y Realty show
como una orquesta bajo el pantano
turbando el mar
buscando una falsa calma en el pecho
y el silbido negro
que se estampa en mi regazo
como el enemigo corazón de un pulpo
Porque la vida ahora viene en comidas chatarras
En vídeos en dulces movimientos
porque siempre hubo
adelantados
que eran chuecos
como estos hombres que desfilan en perfil
que eran chuecos
eran non plus
ultra
de mi propia decadencia
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